Respuesta.- Sobre todo, el desconocimiento sobre cómo enfrentarse a posibles situaciones de phishing o estafas es lo que genera más inseguridad. En nuestro día a día escuchamos y leemos muchas noticias o, incluso, conocemos historias cercanas de víctimas de estas estafas que se producen a través de Internet. Las personas mayores se encuentran con la necesidad de utilizar el teléfono móvil o el ordenador para realizar ciertas gestiones, que implican el ceder datos personales, y si no tienen el nivel de competencias adecuado tienen un sentimiento de inseguridad que provoca cierto bloqueo. Esta situación lo que conlleva es a no explorar otros aspectos del uso de las TIC y paraliza, de algún modo, la mejora de las competencias digitales. Es por ello que desde Fundación Esplai defendemos el acompañamiento individualizado en los procesos de aprendizaje, que permita adquirir herramientas para manejarse con mayor seguridad ante las TIC.

Sin embargo, tampoco debemos dejar de lado la accesibilidad en las aplicaciones y web. Aunque las personas mayores hayan superado la primera barrera del miedo a lo desconocido, muchas veces las limitaciones se encuentran en cómo están diseñadas las páginas web. Algunas de ellas no son lo suficientemente intuitivas o no terminan de funcionar correctamente para su uso desde el teléfono móvil, que es de los dispositivos más utilizados por personas mayores. En este sentido, desde Fundación Esplai creemos que es necesaria la implicación de todos los sectores sociales para que las personas mayores se sientan y formen parte real de la sociedad digital.

R.- Para Fundación Esplai es clave que se siga apostando por una formación acompañada como forma de acercar las TIC a los sénior. A través de nuestro proyecto ‘TIC y Mayores’, realizamos talleres para la mejora de las competencias digitales desde el acompañamiento y la practicidad. Creemos que el eje central de los talleres y del aprendizaje en lo digital debe recaer en la utilidad y aplicabilidad de las TIC para el día a día. Desde utilizar una app para saber cuánto le falta al autobús para llegar a la parada hasta herramientas más lúdicas o, incluso, con asistentes virtuales como Alexa, que ayuda a hacer la lista de la compra o que nos recuerda la hora para tomar los medicamentos.

R.- En primer lugar, vemos que la posibilidad que las TIC nos ofrecen para poder estar conectadas y conectados a nuestros familiares o amistades permite incrementar el sentimiento de autonomía. Algunas de los participantes en el estudio, que residen en el rural, nos comentaron cómo las TIC les facilitaba permanecer más tiempo en su hogar gracias a poder tener a su disposición el llamar a emergencias o sentir que hay personas al otro lado de los dispositivos, como es en el caso de la teleasistencia. 

R.- En general, y tal y como se puede leer en el informe, las personas mayores perciben la tecnología como algo que no les pertenece. Sin embargo, es importante recordarles que las “viejas” tecnologías, como la radio o la televisión, frente a las “nuevas” tecnologías, como el smartphone, no difieren tanto. La brecha digital es un reto todavía muy presente en la sociedad y, por tanto, también para las personas mayores. Sin embargo, la brecha digital no solo tiene que ver con el uso y el uso de calidad de las TIC, sino que también con la posibilidad de acceder a los dispositivos. Con la llegada de la pandemia el proceso de transformación digital que la sociedad venía experimentando se ha acelerado de una forma importante. Es por ello que desde Fundación Esplai creemos vital el no dejar a nadie atrás y seguir apostando por estos procesos de acompañamiento y formación en la mejora de las competencias digitales.

R.- El tema que más preocupa suele ser la exclusión que perciben para acceder a servicios de entidades bancarias, pero también de las Administraciones públicas y los sistemas de cita previa que se han instaurado a raíz de la pandemia. En un encuentro que celebramos recientemente, una de las participantes nos trasladaba que no podíamos llamar servicio a algo que no le sirve para nada. Y esta es la impresión: el quedarse fuera de recursos en los que hasta el momento se manejaban perfectamente por el hecho de no tener o tener un nivel bajo de competencias digitales. 

R.- Las propuestas con mayor éxito tienen relación con aquellas cuestiones más prácticas en el uso de las TIC. Sobre todo, enfocamos las formaciones a los smartphone por ser el dispositivo a la que la mayoría de personas mayores acceden. Los talleres que más nos demandan tienen relación con dudas básicas: cómo liberar de espacio la memoria del teléfono, cómo guardar un contacto en la agenda, cómo buscar información en Internet, etcétera. Del mismo modo, también solemos trabajar sobre ciberseguridad, es decir, cómo identificar posibles estafas y cómo prevenirnos de ellas. Gracias a ello es posible mejorar el sentimiento de seguridad a la hora de utilizar el teléfono móvil y, por tanto, de explorar con menos miedo las funcionalidades que nos brindan estos dispositivos.